En la infinita oscuridad del universo, miles de estrellas desprendían su luz creando el firmamento. Mas sin previo aviso, una estrella, aquella cuyo nombre significa Omega, se fue extinguiendo, su luz se apagó.
Ante el miedo de verse en la oscuridad absoluta, Omega como un agujero negro fue atrayendo a las demás estrellas hacía si misma para que iluminarán su pedacito de cielo. Sin embargo, no se percató de que esa atracción al final hacía que las lucecillas fuesen engullidas por sí misma, por la oscuridad que la rodeaba.
Cundió el pánico para Omega, necesitaba desesperadamente una luz que la calentase en el frío espacio, que la hiciese sentir viva de nuevo. Alpha brillaba en el firmamento como una gran bola de fuego, seguro que él podría acompañarla en la perpetua noche del espacio, y no sucumbiría a la intensa gravedad que emanaba de Omega.
Por un tiempo, largo para algunos, corto para otros, Alpha iluminó a Omega. Parecía que existiese algún equilibrio cósmico entre la gravedad de Omega y la densidad de Alpha, sólo que de repente algo cambio, y todo cambio.
Alpha con celeridad se vio arrastrado hacia Omega quien para cuando se percató que Alpha iba a ser engullido como el resto no pudo hacer nada. Alpha y Omega comenzaron a acariciarse, para luego abrazarse y acabar fundidos el uno con el otro. La luz del universo se extinguió, un frío infinito se apoderó de todo.
Omega resistió cuanto pudo hasta que la soledad y el frío la llevaron a su fin. Estalló en millones de trozos, que se fueron expandiendo por el universo conferiendole de nuevo luz y calor... mas ella jamás revivió.
Mi universo
SUNK IN DARKNESS
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