30/11/07
Los vi, allí estaban, entre las nubes, en un cielo antes cargado de tormenta, ahora anaranjado pero oscuro, muy oscuro...
Flautas de apocalipsis sonaban a mi alrededor. El juicio ha llegado y yo he salido mal parado.
Cuatro caballos oscuros en el horizonte, cuatro caballos negros perlados de sudor ante su galope. Ojos rojos, crines al viento...
Los vi y temblé, a la vez sentí un escalofrío recorrer mi espalda. Y, ¡lamenté tantas cosas!, lamenté algunas cosas que hice, pero sobre todo aquellas que no llegue a hacer, y lamenté estos segundos de lamentación.
Estando sólo a unos metros de los cascos de sus monturas, tu imagen vino a mí, y deseé estar contigo, en el agradable confort de tu compañía. Deseé que tu suerte fuese mejor que la mía.
Una guadaña de filo en llama sesgo mi cuello. Las gotas de sangre corrían por la afilada hoja intentando ganar zonas vírgenes en sangre hasta llegar al filo y evaporarse. De las dos partes en que se había convertido mi cuello un olor a barbacoa comenzó a emanar. La putrefacción comenzó su curso.
Mi ente surcó los cielos viendo mi cuerpo tendido en la tierra. Jamás había visto tanto horror en mi rostro, y a su vez tanta paz en mi inerte mirada.
Intenté dirigirme a la luz pero las sombras del abismo tiraban de mí hacía él. Dos presencias en forma de nubes negras me rodearon y empujaron ante su perro. Su voz malvada y profunda se dejo oír: "SEAS BIENVENIDO AL PRIMER DÍA DEL RESTO DE TU TORTURA".
Y volví a nacer.
SUNK IN DARKNESS