Solo

28/09/07

Y dijo: "Estaré siempre aquí, siempre que me necesites llámame y acudiré. Te encontraré."

Y llego el día en el que le necesité y le llamé, una, dos, tres veces... Grité, le llame a través de mis pensamientos, pero sólo el eco de mi llanto ahogado respondió a mi silenciosa plegaria de auxilio.

Imploré que apareciera, que apaciguara mi angustia, y él no acudió.

Me vi rodeado por la oscuridad de mi cueva, deseando fervientemente una pequeña luz que calmará mis miedos. Nada ocurrió, y así permanecí, inerte, dejando pasar el tiempo, llorando y llamándolo desde un pequeño recoveco.

Pensé en buscar una salida, pero el miedo me paralizaba. Miedo de lo que me rodeaba, miedo de lo desconocido, miedo de lo extraño, miedo a tocar algo terrorífico, miedo de destrozar algo hermoso, miedo de alterar algo, miedo de decir algo... miedo de lo incierto de mi destino.

Y pasó el tiempo, años para algunos, segundos para otros, y durante todo ese periodo lloré desconsoladamente porque él no acudía mi llamada. Pero al final llegó el día en que acepté, no comprendí, sólo admití la dura realidad: - Me encuentro solo y él no vendrá a rescatarme.

Palpé con manos temblorosas a mi alrededor, abrí los ojos que por tanto tiempo mantuve cerrados, y me di cuenta de que había pasado demasiado tiempo encerrado a un mundo, ahora completamente distinto.

Mis heridas, mis llagas, se mantenían abiertas pero ya no sangraban. Él me había fallado, me dijo que vendría y no vino, no se merece que pierda ni un segundo más de vida llorando por sus mentiras. Y di un paso al frente, tropecé, caí y lloré por sentirme tan solo, por no tener mano tendida que me ayudase a levantarme. Conseguí calmarme, y me armé de valor. Por segunda vez me levanté, pasos aunque inseguros replicaban con fuerza produciéndome sensación de persecución.

Te maldigo mil veces por haberme dejado tan solo, por haberme mentido, por no haberme cuidado, por no haberme querido. Y me detesto por haber creído con fe ciega tus palabras, por tener un pequeño rayo de esperanza, aún en este preciso instante, después de tanto tiempo, de que vuelvas a mí. Te odio, y te amo con todo mi yo.

SUNK IN DARKNESS